domingo, 5 de abril de 2015

Guirnalda de cápsulas (o cómo utilizar las luces navideñas en otros momentos del año)

Hacía meses que tenía las cápsulas de café limpias y guardadas en uno de los frascos de acrílico de la cocina; tanto que me había acostumbrado a verlas ahí, coloridas y delicadas, pero las había limpiado con la idea de hacer una guirnalda de luces para decorar la galería.

El festejo de cumpleaños de #marido fue el motivo que me faltaba para poner en práctica la idea, aunque terminé usándolas en la chimenea.

Lavarlas fue más fácil de lo que había pensado, porque la parte de abajo, la que se perfora para que salga el café, es blanda. Solo hay que tener un poco de paciencia para que el resultado sea prolijo.
Las limipié de a una con la ayuda de una cuchara. El café que fui sacando lo usé para el compost -una de las tantas obra de #marido- que tenemos en el jardín.

Con un destornillador chiquito agujereé el aluminio de las setenta que usé, que eran todas las que tenía.

Para poner manos a la obra quería comprar una pistola de calor para pegar el aluminio a las luces, hasta que me di cuenta de que podía hacerlo perfectamente sin que estuvieran pegadas y que quedaban bien igual. Incluso pienso que quedan mejor porque tienen  movimiento. 


Después de perforar una por una, pasé las luces por los agujeros. Estos no tienen que ser muy grandes para que la pantalla improvisada no se salga.




Mi guirnalda recibió muchos elogios.
A mí me encanta cómo quedó y sobre todo me gusta poder darle un uso nuevo a algo que iba a ir a la basura.
Las luces quedan mejor si no son led (que tiran al azul y dan más frías). Yo usé estas porque eran las que tenía.

¡Espero que les haya gustado la idea y que se animen a ponerla en práctica!

Feliz Pascua.

Juli



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